El “Mindfulness” es una de las herramientas más potentes que un deportista puede practicar.
Es sencilla de resumir, pero a la vez difícil de aplicar, ya
que requiere PARAR, algo que nos cuesta.
Tememos reparo en profundizar sobre nuestras emociones y a fijarnos
en nuestros pensamientos. Seguimos en continuo movimiento, tanto físico como
MENTAL.
Queremos saber acerca de la INTELIGENCIA EMOCIONAL y cómo desarrollarla;
Queremos consejos para saber manejar nuestros pensamientos, nuestros problemas,
pero por mucha información que recabemos lo más efectivo es PONERSE EN ACCIÓN. Al igual que planeas tus entrenamientos, dedica
10 minutos diarios, para la práctica del Mindfulness: TU momento de quietud,
conectando contigo mismo.
Para y respira.
Y es que el Mindfulness se trata de concedernos ese momento, practicar la meditación, sentirnos tranquilos y concentrados en el aquí y en el ahora e integrando todos los sentidos en el momento presente.
Tan sencillo como eso ¡y es gratis!
Pero claro, ¿Qué hacer con esos pensamientos que aparecen
continuamente cuando meditamos? Aquí está el quid de la cuestión: no se trata de
eliminarlos, sino de bajar el volumen de esa voz, apartarla de tu momento presente con COMPASION y volver a la quietud…
¿Compasión? Sí, tendemos a calificar nuestros pensamientos
como buenos o malos. Ejemplo: “Es imposible, no puedo dejar de pensar”, “Esto
es una tontería, no sirve para nada” o “Esto es para los profesionales, yo solo
soy una aficionada”. ¿Veis? Ese es el EGO,
la vocecilla que todos tenemos y que habla continuamente.
Lo que ocurre ahora es que a esa vocecilla, al practicar el
Mindfulness, le estamos pidiendo salir de su zona de confort.
Y no le gusta.
Esa vocecilla no es ni buena ni mala, puede que en algunos momentos de nuestra vida nos haya ayudado a superar momentos difíciles, protegiéndonos, pero ahora no nos viene bien. Tú eliges que pensamientos tener, y eso hay que ENTRENARLO, con paciencia y compasión hacia a uno mismo.
En ésta sociedad moderna prevalecen las ansias de la
gratificación instantánea y hemos de comprender que las cosas no han de
funcionar de manera necesaria así.
Cuando empiezas a correr por la montaña… al principio te cuesta
¿Verdad? Tu vocecilla te dirá mil cosas para frenarte, pero decides continuar,
no hacerle mucho caso y en 6 meses ya estarás corriendo 10 km por el campo. Con
el Mindfulness es lo mismo: no le hagas mucho caso a esa voz y mantén la
concentración en tu objetivo (la búsqueda de esa tranquilidad interior).
Practica con constancia.
Opino que éste objetivo ha de ser un objetivo de vida. Me
explico: todos pasamos por diferentes etapas, y cada fase tiene sus retos a los
que tendremos que manejar lo mejor posible. Todo es cambiante. Si empiezas
a practicar el Mindfulness te puedes
beneficiar mucho: pronto te sentirás más centrado, con la mente despejada,
manejarás mejor las emociones, serás menos reactivo a los estímulos externos y estarás
en una mayor sintonía contigo mismo.
A largo plazo, una vez controles mejor el proceso, tendrás
esa tranquilidad interior para manejar problemas muy complejos, buscar
soluciones, aceptar y soltar lo que no dependa de ti.
Se ha demostrado científicamente que si practicas el
Mindfulness, tu cerebro generará ondas cerebrales diferentes, moldeando
diferentes áreas del cerebro en tu beneficio.
Éste proceso no se consigue de manera inmediata. El Mindfulness
ha de convertirse en una práctica mental de por vida, de la misma manera que
tener una dieta equilibrada a lo largo de nuestra vida es más efectivo, desde
el punto de vista de la nutrición, que maltratarnos de manera periódica con
regímenes radicales.
Pero vayamos a lo que nos interesa realmente….
Mindfulness en el deporte ¿Por qué es importante
practicarlo?
Nos ayudará a mejorar la atención y aumentará la concentración, regulará nuestras
emociones y, por lo tanto, nuestro rendimiento deportivo mejorará de forma
notable.
¿Alguno de vosotros ha experimentado el FLOW en el deporte?
Seguro que algún momento, sin quererlo, has tenido esa sensación de simplemente
fluir corriendo: te sentías fuerte, absorto en el momento, consciente de los
estímulos externos e internos pero sin dejar que te molestasen, haciendo que se
incrementase la sensación de “volar”. Todo estaba en sintonía. Tu mente estaba
donde tenía que estar: en tu zancada, en tu respiración, en tu rival, en cada
pisada que dabas….
¿Y si te dijese que ese estado se puede entrenar?
¿Curioso? Obtendrás más información en nuestro
video-entrevista.
No te lo pierdas porque en la explicación, además del Mindfulness,
hablaremos de la VISUALIZACIÓN, otra
técnica muy poderosa para mejorar tu rendimiento deportivo.
Os esperamos…
Para ver la entrevista en Youtube pincha en el enlace.
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