LAS CHORRERAS O GARGANTAS DE LAS LANCHAS, LAS HUNFRÍAS PR TO 34
Seguimos en el entorno del parque nacional de Cabañeros, situado a caballo entre las provincias de Toledo y Ciudad Real, en la comunidad autónoma de Castilla la Mancha. Debe su nombre a las chozas utilizadas tradicionalmente por pastores y carboneros como refugio temporal de sus labores en el campo. Estas cabañas de forma cónica se techaban utilizando vegetación del entorno y eran usadas por los pobladores de los Montes de Toledo.
Cabañeros fue declarado en 1995 parque nacional formando parte de la lista de 15 parques con que cuenta el territorio nacional.
Se sitúa en los montes de Toledo, entre las sierras de Rocigalgo y el Chorrito, al norte, y la sierra de Miraflores al sur; al este por el río Bullaque y al oeste por el río Estena, ambos afluentes del río Guadiana.
El parque tiene una superficie de 40 856 ha, abarcando terreno de seis términos municipales: dos de la provincia de Toledo, Hontanar y Los Navalucillos, y cuatro de la provincia de Ciudad Real, Alcoba de los Montes, Horcajo de los Montes, Navas de Estena y Retuerta del Bullaque.
Esta última propuesta se sale del parque nacional, pero realmente está muy cerca y merece la pena hacer una pequeña excursión y disfrutar de este entorno magnífico.
Nos hemos acercado a la población de las Humfrías una pedanía de la población de Navas del Mazo en la provincia de Toledo, para disfrutar de la ruta de las "chorreras" o de las gargantas de las lanchas.
Una ruta sencilla, bien señalizada donde disfrutamos de dos pequeñas cascadas, que guardan un atractivo muy curioso, un pequeño bosque con reliquias más propias de climas oceánicos e, incluso, subtropicales. Estas constituyen los últimos restos de unas formaciones vegetales desarrolladas en condiciones climáticas que ya no se dan en el territorio, y son calificadas de auténticas reliquias de los bosques de laurisilva que poblaron la península hace 300 millones de años.
Destacan dentro de estas reliquias las loreras (Prunus lusitanica), especie vegetal propia del periodo terciario, con unos 150 ejemplares catalogados.
Además, en el fondo de la garganta, existe un bosque mixto formado por fresnos, abedules, acebos, madroños, arraclanes, mostajos, robles, quejigos, sauces, arces y majuelos.
Un recorrido en su mayor parte por pista que nos lleva a conocer estos pequeños reductos de naturaleza.
Recuerda: Esta ruta en otoño tiene un encanto especial por los colores de su flora.