Las comparaciones son odiosas
Cada vez es más común ver en las
redes sociales como la gente hace alguna carrera de montaña, alguna ruta
senderista por algún sitio recóndito o una marcha cicloturista de un desnivel
considerable.
Y todos con una sonrisa
profident.
En este artículo voy a exponer las dos caras de la moneda
sobre la costumbre innata que tenemos de establecer comparaciones y la
influencia que las redes sociales tienen en nuestras decisiones deportivas.
Por un lado debemos ser críticos y saber que no todo es oro lo que reluce en las redes. Hay que ser cautos a la hora de interpretar
la información y las imágenes que vemos, ya que cada uno compite según sus
intereses, su nivel físico y, quizás incluso, su nivel de valentía.
Las redes sociales son una plataforma donde se expone, en su
mayor parte, una máscara.
La influencia de las redes en los deportistas puede ser
positiva para aquellas personas a las que les cueste arrancar en este mundillo.
Ver a amigos y compañeros compitiendo, divirtiéndose y socializando puede dar
un buen empujón y motivarnos de forma positiva.
Sin embargo, para aquellas personas que llevan ya unos años machacándose
y sean impulsivos, perfeccionistas y obsesivos con las marcas y resultados, Instagram
y Strava pueden ser perjudiciales.
Aquí aparecen las frases típicas como por ejemplo:
-
“Como Fulanito ha corrido la Almedia Trail, yo también puedo prepararme y
correrla”.
Y para continuar con este pensamiento
damos un salto argumental hacia delante:
-
“Total, tengo tiempo, no tengo hijos, podré hacerla incluso mejor”.
Doble comparación: primero de igualdad
y después de superioridad.
¡Ancha
es Castilla!
Otra comparación, ésta si cabe más grave...
-
“Tal como hizo mi compañera el año pasado, yo voy a hacer el Iron Man de
Lanzarote. Si ella pudo hacerlo, yo también”.
Cuidado con las comparaciones.
¿Por qué?
Cada uno somos diferentes: vida
personal, laboral, familiar, nivel físico, experiencia en competiciones y un
largo etcétera de circunstancias personales varían: no deberíamos tener los
mismos objetivos.
NO porque la compañera/o lo haya
realizado quiera decir que tú también puedas. Hay que hacer una valoración muy
crítica de cada situación personal para comprometerse con un reto que puede que
no sea de tu nivel, o que para conlleve enormes sacrificios laborales y
personales para llevarlo a cabo.
En resumen: usa las redes para
motivarte. Si dañan tu autoestima, aléjate de ellas.
Sí, tenemos esa necesidad de
valoración social y pertenencia. Establecer comparaciones es algo propio de
nuestra naturaleza comunitaria, no es bueno, ni malo.
Sólo digo: con cabeza, pensado en
nuestras capacidades en el momento presente.
En conclusión, para ayudarte a gestionar mejor las comparaciones:
- Reconoce que te comparas con los demás cuando lo haces. Escucha tu diálogo interior: ¿Cómo te hablas al compararte? ¿Te criticas o te sientes inferior? ¿Superior? ¿Te ayuda o te estresa? Las emociones son un buen punto de partida para aprender de tus pensamientos.
- Focalízate en lo que eres y en lo que tienes y NO en lo que piensas que te falta.
- Sé más auto-consciente del daño que en ocasiones te infligen las comparaciones. Cuestiona tus pensamientos.
- Enfócate en aprender y no en competir
- LIMITA TU TIEMPO EN LAS REDES SOCIALES.
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