martes, agosto 3

DIETA, ACTIVIDAD FÍSICA Y ATRACONES



¿Quién no ha seguido un plan de alimentación, un dieta o simplemente ha quitado ciertos alimentos perniciosos para sentirse un poquito mejor o simplemente perder algún kilo que se había pegado al abdomen o las caderas?. Creo que la respuesta es sencilla: "Todos". Pero quien se ha planteado: ¿Hasta cuando debo estar con esta dieta?, ¿Cuándo he sobrepasado la línea roja donde dejo de cuidar mi peso o lo que como y entro en la zona de los trastornos de alimentación y conducta?. 

Vivimos en la era de la imagen, la fotografía perfecta y la vida de ensueño. Si miramos las revistas, las redes sociales o las películas, en el noventa por ciento de los casos nos encontramos con cuerpos perfectos que nos llevan a sentirnos empoderados y capaces de conseguir cualquier reto que se nos presente. Mucha gente me insta a que prepare un plan de entrenamiento para conseguir el cuerpo de tal o cual famos@, futbolista o actor/actriz. Queremos parecernos a nuestros referentes o "influencers" de turno, pero olvidamos que esa foto maravillosa generalmente es fruto de muchas variables: una preparación física específica, una dieta exigente, manipulaciones hídricas, un trabajo específico de fotografía e iluminación, aderezado con estética y lo más importante que esa foto es una instantánea de un momento concreto que generalmente no vuelve a repetirse. Mientras tanto tenemos a cientos o miles de personas, buscando replicar ese cuerpo con las consiguientes frustraciones, obsesiones con el entrenamiento y problemas de alimentación. 

Creo que Marisa hace una fantástica recapitulación de los indicadores que nos pueden llevar a pensar que tenemos un trastorno de alimentación y como debemos relacionarnos con la comida. 

Olvida las dietas, empieza a pensar en comida sana, real, alejada del alcohol y productos ultra-procesados. Pide ayuda a profesionales de la nutrición, del entrenamiento y la psicología para encontrar tu "punto de equilibrio". Y como bien dice Marisa si tras leer su artículo detectas que algo no va bien, no lo dudes y ponte en contacto con un profesional. 






"Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio se halla nuestro poder de elegir la respuesta. En nuestra respuesta se basan nuestro crecimiento y nuestra libertad".     Viktor Frankl


La alimentación y nutrición son clave en el rendimiento deportivo, pero ejercer “control” sobre la dieta puede ocasionar una serie de emociones contradictorias: por un lado existe una motivación y se crean unas expectativas para bajar el porcentaje de grasa y sentirnos mejor, pero por el otro también puede significar restricciones, stress, ansiedad, soledad e incomprensión social.

El primer problema es que tendemos a pensar en un todo o nada: “tengo que seguir la dieta a rajatabla para conseguir mis objetivos, no puedo salir a cenar con los amigos o perderé todo el esfuerzo hecho”, “no puedo comer dulce, nada”, etcétera. Este tipo de pensamiento es muy estricto y poco realista: uno aguanta toda la semana, pero cuando llega el fin de semana o el día del “cheat meal”, nos permitimos comer aquello de lo que nos hemos privado entre semana. Devoramos para aliviarnos durante un rato, pero después viene la culpa y otra vez a la “dieta restrictiva”.  ¿Podríamos ver este proceso de una forma más constructiva y placentera? .El problema es que se nos ha inculcado la idea de la dieta como  algo negativo, y tanto control puede desbocar en desarreglos alimentarios.

Sin embargo, antes de profundizar en el tema emocional de los atracones, es necesario definir las conductas con palabras para poder racionalizarlas, aceptarlas y transformarlas.




CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE TRASTORNO DE ATRACONES-DSM 5

A) Episodios recurrentes de atracones de comida. Un episodio de atracón se caracteriza por los hechos siguientes:

1. Ingestión, en un periodo determinado, de una cantidad de alimentos que es claramente superior al que la mayoría de las personas ingerirían en circunstancias parecidas.

2. Sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio.

B) Los episodios de atracones se asocian a tres (o más) de los hechos siguientes:

1. Comer mucho más rápidamente de lo normal.

2. Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.

3. Comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente hambre físicamente.

4. Comer solo debido a la vergüenza que se siente por la cantidad que se ingiere.

5. Sentirse luego a disgusto con uno mismo, deprimido o muy avergonzado.

C) Malestar intenso respecto a los atracones.

D) Los atracones se producen, de promedio, al menos una vez a la semana durante tres meses

E) El atracón no se asocia a la presencia recurrente de un comportamiento compensatorio inapropiado como en la bulimia nerviosa y no se produce exclusivamente en el curso de la bulimia o la anorexia nerviosa


 

La información te da poder, y con este recuadro espero haber despejado dudas acerca de lo que es un Trastorno de Atracón, cada vez más común en nuestra sociedad.

Tanto si consideras que puedas sufrir de algún desarreglo alimentario o no, hay un factor denominador común, en mayor o menor grado, cuando se descontrola a la hora de seguir una dieta: la ansiedad, la culpa, la vergüenza, la decepción, la autocrítica.  Estas emociones son una gran herramienta de autoconocimiento y cuando aprendemos a manejarlas y gestionarlas podremos lidiar con los desafíos del día a día. Para ello hay que tomar el tiempo para escucharlas, traducirlas y trabajarlas. No hay atajos aquí, lo siento.

Cuando una persona se descontrola con la comida, es que inconscientemente “está tragando” con algo.  Algo estamos encubriendo con la comida, puede ser aburrimiento, ansiedad por la propia restricción de la dieta, comer para  castigarnos,  hambre de amor y de contacto al sentirnos solos, ansiedad de espacio cuando no sabemos ser asertivos en nuestras relaciones, estrés, o incluso algo mucho más profundo que puede que haya pasado en la infancia y algún suceso en el presente desencadene la compulsividad (ya por hábito) para aliviarse inmediatamente con la comida.

Curiosamente, desde muy pequeños relacionamos la comida con nuestra zona de confort. Nada más nacer nos dan la cachetada en el "culete", nos ponemos morados, lloramos, pero enseguida sentimos el calor de la madre, el alimento y la comodidad. Ese mismo acto, repetido cientos de veces, hace que quede en nuestra psicología que la comida es seguridad.

Es una manera de supervivencia, pero es un arma de doble filo: nos puede perjudicar a la hora de enfrentarnos a nuestros problemas.





¿Cómo empezar a manejar los atracones de comida, independientemente de que tengas un trastorno de conducta alimentaria o no?


1.      Diferencia entre hambre física  y hambre emocional.  Busca en Internet las diferencias y empieza un diario para observar estas diferencias. Te sorprenderás  las veces que uno come simplemente por comer, sin ganas, por automatismo.
2.      Descubre cuales son las ventajas de seguir con tus atracones y cuáles son las desventajas. Cada comportamiento tiene sus pros y sus contras, sino, no seguiríamos haciéndolas. Sé honesto contigo mismo y empieza a salir de tu zona de confort.
3.      ¿Cuáles son las situaciones, personas, comentarios, recuerdos, olores que desencadenan tu apetito emocional? Empieza un viaje hacia el interior para poder manejar tu exterior.
4.      Prepárate para esos momentos de “bajón” del día en los cuales que sabes que existe peligro de “pecar”. Ten siempre a mano esos aperitivos saludables, agua, o incluso música para distraerte.
5.      Comenta a tu Nutricionista acerca de estos atracones porque quizás se pueda modificar algo en la dieta. Al fin y al cabo, lo que se trata es aprender a comer mejor y más saludable para el resto de tu vida.
6.      Empieza a cambiar la manera de hablarte y de pensar acerca de la dieta: “Cuido mi cuerpo como un templo de forma sana y amorosa”.
7.      Disfruta de la comida, por favor. Es un momento de placer, tómate tu tiempo para cocinar algo rico y saboréalo con tranquilidad.
8.      Cada cambio requiere su tiempo, paciencia, constancia  y mucha compasión. En el proceso es normal tener altibajos, no pretendas que todo vaya ser perfecto. El equilibrio emocional pretende eso mismo: ser flexible en nuestro día a día. Unos días serás consecuente con tu dieta, otros días disfrutarás con los amigos en una cena saludable. Y si te pasas? El mundo sigue, no es tan catastrófico.
9.      Y como siempre digo: para y respira en momentos de estrés y bloqueo. AUTORREGULATE. Verás las cosas de diferente manera porque te sentirás de otra forma y así, podrás responder a la situación presente (Viktor Frankl). 

 


PD: Si te sientes identificada con las características del trastorno expuesto en el recuadro de este artículo, recomendarte que pidas ayuda a un profesional que te pueda guiar y apoyar en el camino para sanar tu relación con la comida. 



No dudéis en contactar con esta gran profesional y por supuesto estaremos muy atentos  esperando las siguientes propuestas de Marisa. Aquí os dejo sus datos de contacto para todos los que queráis poneros en contacto con ella. Un saludo. 

Consulta Presencial y Online. Teléfono: 626461756; email:hola@marisarichelle.com    /marisa.richelle.psicologa@gmail.com; www.marisarichelle.com





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