Siempre me he preguntado como era posible que amig@s, clientes o simplemente personas que pasan por tu vida, juzgaran mi peso, mi complexión física o mi estado de forma física, sin mirarse ellos mismos al espejo. ¿Qué delgado te veo?, ¿Has cogido peso?, ¿Bajarás de una hora y media en la media maratón?, ¿tu subirás esa montaña sin despeinarte?, y así con todo lo que se te ocurra. Mientras tanto esos "saboteadores", generalmente suelen estar fuera de forma, llevan meses sin entrenar, han cogido 4-5 kilos durante el invierno o simplemente dejan escapar sin ninguna preocupación su opinión, sin atender a su propio espejo.
Estas anécdotas y muchas otras se repiten una y otra vez, con la gente que entreno y que se esfuerzan duramente para conseguir sus objetivos. Un@ decide coger el "toro por los cuernos" y mejorar en su peso o % de grasa, quiere contratar un entrenador para mejorar sus tiempos o simplemente para llevar un entreno coherente y organizado, entonces aparece el saboteador que le manda un misil directo a su autoestima: ¿Sí ya estás muy delgad@?, ¿Para que haces dieta?, ¿Un entrenador, qué vas a ganar la prueba?, ¿Deja de entrenar tanto y vamos a tomar cervecitas o unos vinos, que tu estás muy bien?, etc.
No dudé en pedirle consejo a nuestra Psicóloga deportiva para que nos orientara y diera algunos consejos de como afrontar estas situaciones y el título lo deja bien claro "Fiel a uno Mismo". No dudes en leer el artículo y sacarás buenas herramientas para gestionar esta situación.
Muchos corredores nos vamos a ver reflejados en este artículo y seguro que nos servirá para tomar conciencia de esta grave situación causante de muchos abandonos de los entrenamientos, dietas o metas.
Como siempre mil gracias a nuestra Psicóloga Marisa Richelle por su sabiduría y sus propuestas tan interesantes. Vamos a disfrutar del artículo.
“Fiel a uno mismo”
En un proceso de cambio uno de
los obstáculos más difíciles de manejar es la opinión de los demás acerca de
tus progresos.
No nos vamos a engañar, a todos
nos motiva escuchar palabras de apoyo y saber que valoran nuestros esfuerzos.
Esos comentarios nos dan seguridad y refuerzan nuestra autoestima.
Sin embargo, también hay otros
muchos comentarios que no son nada reforzadores y provocan lo contrario.
A veces escuchar la opinión de
los demás puede ser interesante y útil porque nos permite tener otro punto de vista,
ya que el nuestro está sesgado por nuestra obsesión por conseguir nuestro
objetivo. Ciertos comentarios, según desde dónde se hagan (la preocupación, el cariño
y el interés por el bien de la persona), pueden ayudarte a relativizar, cambiar
ciertos comportamientos y relajarte en tu proceso de cambio.
No obstante, lo que prevalece son
las críticas: esos comentarios que se presentan con ironía, enmascarados con
humor, con manipulación, con autoritarismo o incluso en plan “colega”. A la
gente le gusta opinar incluso cuando no se les pregunta. Dejan su comentario y
nosotros tenemos que digerirlo lo mejor posible. Lo peor es que esa falta de
empatía y apoyo puede venir de personas cercanas a ti, por lo que esa
información se hace más difícil de manejar.
En líneas generales, las críticas
vienen de gente que te envidia, que no se ve capaz de ser valientes como tú y
de quiénes necesitas que otros caigan para sentirse fuertes.
Su propia inseguridad les hacer
ser más críticos, más subjetivos, destructivos y tóxicos.
Os lo digo de forma clara y
contundente: su opinión no cuenta. No buscan tu bien, sino el de ellos. Ni caso,
tú a lo tuyo. Si en algún momento dudas, consulta con quien te quiere, es
sincero contigo y busca tu bienestar.
Cuando emociones como la envidia y la mediocridad de otros te hacen dudar de tus capacidades, prueba a seguir estos consejos:
1. Acepta tu responsabilidad: tal y como
explica el recuadro, recuerda quién eres, por qué haces lo que haces y qué has
conseguido. Acepta que la gente puede
pensar de forma distinta, pero ese es su perspectiva. Como ya he comentado unas
líneas atrás, todo depende desde dónde hagan esos comentarios (desde el cariño
o desde la envidia) y tú decides prestar
atención o no.
2. Practica la asertividad: es tu responsabilidad, tienes derecho y
debes de poner límites cuando las críticas te afectan. Es tu vida y tu
autoestima. No se trata de empezar una discusión, si no de dejar las cosas
claras a la otra persona, con un tono tranquilo y directo. Por ejemplo: “gracias
por tu comentario, pero la verdad es que no lo he pedido”, o puedes añadirle un
poco de sarcasmo “lo sé, lo sé, estoy súper cachas. Me encantan mis músculos,
me estoy poniendo súper buena”.
3. Trabaja tu autoestima: trabaja tu
diálogo interior, empodérate con palabras que te dan fuerza. Apóyate de personas que estén pasando por la
misma experiencia para que te acompañen y aconsejen. Busca a gente que sume en
tu proceso.
4. Ignora o cambia de tema. A veces, por
mucho de digas o hagas, a la gente le gusta criticar por una cosa u otra.
Ignora y, al cabo del tiempo, o se callarán o se quedarán muy solitos porque a
nadie le gusta tener alguien en el grupo que siempre critica.
5. Vive y deja vivir J
No hay comentarios:
Publicar un comentario