martes, diciembre 15

ETIQUETAS, ADICCIÓN Y DEPORTE

 


Párate a pensar, cuantas veces has "criticado" o has comentado la cantidad de entrenamiento que esta haciendo algún compañero. En los corrillos del club, todos comentan que este u otro corredor se va a lesionar en breve a causa de tanto entrenamiento. Quizás ha llegado la hora de dejar de mirar hacia fuera para ver que es lo que estamos haciendo nosotros. Volúmenes de entrenamiento (horas y kilómetros) sirven a muchos de nosotros como terapia psicológica para descargar tensiones, problemas o demás inquietudes mentales. 
Cómo bien comenta Marisa, ha llegado el momento de mirar nuestra propia "etiqueta" y ver ¿los porqués? y ¿Para qué? estoy haciendo todo este entrenamiento. Y finalmente si esto me hace sentirme bien. No quiero adelantar nada más y como siempre espero que disfrutéis y que entre todos tengamos una "pizquita" más de Autoconocimiento. Dejar vuestros comentarios y reflexiones son una gran forma de enriquecernos entre todos. 







“JAIME ES UN ADICTO AL DEPORTE”

TODOS  etiquetamos

Nos etiquetamos a nosotros mismos. Nos decimos cosas como: “Soy perezoso, voy a hacer lo justo para mantenerme”, “Soy así y punto”, “Soy corredor de larga distancia, no me van las carreras cortas, no tengo la explosividad que hace falta y ya tengo una edad” o “Soy súper competitivo, el subidón que me da no tiene precio “.

Etiquetamos a los demás: “Uff, que  gordo se ha puesto Pepe, ya puede ponerse serio a base de pollo y lechuga  e ir al gimnasio o a correr, que si no explota”, “María está como una cabra, se apunta a todos las competiciones, sólo habla de las carreras y del entrenamiento… que cansina, madre mía”, “Javier es un holgazán, no le va nada el deporte”…

Etiquetar es parte de nuestra naturaleza y nos sirve para  catalogar a los demás y a nosotros mismos: lo hacemos para comprender, justificar y racionalizar nuestro exterior y nuestro comportamiento.  Es un mecanismo de defensa  que nos da seguridad: al clasificar a una persona sabemos cómo comportarnos con ella o podemos justificar nuestros propios actos cuando nos auto etiquetamos.

La clasificación de las cosas consigue que pisemos terreno estable y permanezcamos en nuestra zona de confort.

¿Qué tiene que ver el etiquetar si el artículo va de “adicción al deporte”?

¡Porque quizás estemos etiquetando a  Fulanito, el cabra loca de las montañas, ese que es adicto al deporte!

Quizás, ¿Eh? Solo quizás, jajaja.

Piénsalo




Tendemos a pensar de una manera dicotómica que divide todo en blanco y negro, sin darnos cuenta que hay toda una paleta de grises. Primer punto  importante a distinguir en este momento:

1.            Los psicólogos podemos hablar en ciertos casos de una implicación excesiva que puede llevar a la persona a realizar muchos sacrificios y de dedicación desproporcionada  de acuerdo a unas expectativas demasiadas elevadas, PERO de ahí a etiquetar a una persona dentro de una categoría diagnóstica de adicción hay un trecho. Se puede describir las conductas con los adjetivos  “exceso” u “obsesión”, pero NO hay que aplicar esos adjetivos a la persona a la ligera.  No es lo mismo, HACER que SER. En el día a día, todos nosotros mostramos muchas mascarás, muchos roles, vamos en automático, creyendo que  lo que hacemos  nos identifica, nos define. SI, pero NO.  Lo ideal sería HACER desde el SER, siguiendo tus valores y tu principios. Es cuestión de escuchar a nuestra INTUICION, ella es muy sabia. El EGO nos lleva como pollos sin cabeza.  Tan solo,  cuidado al etiquetarnos  a nosotros y a los demás. NO todo es oro lo que reluce!

2.            Encasillar las conductas de un deportista  es lo “normal”, pero… ¿Alguna vez nos hemos parado a intentar comprender la complejidad que explicaría esas conductas? Quizá convendría respetar un poco las decisiones personales, las evaluaciones de costes y beneficios que pueda hacer cada persona, las expectativas que quiera tener y los sueños, razonables o no, que le muevan a usar su energía como desee.




Estos dos puntos son muy importantes a la hora de considerar etiquetar a una persona, pero Marisa: ¿Cuándo  podemos considerar que se ha traspasado el LÍMITE  y que el ocio o la afición se ha convertido en una obsesión?

TODO DEPENDE DE LO REALISTAS QUE SON SUS EXPECTATIVAS

Cuando el esfuerzo está relacionado con el logro de las expectativas, podemos pensar que es beneficioso porque mejora nuestra autoestima. La capacidad de establecer metas y alcanzarlas  es algo que el deporte enseña muy bien.

Ahora bien, en algunos casos, si las expectativas están desajustadas y nos hemos propuesto unas metas  irrealistas para vuestro  nivel, éstas podrían ser una fuente de frustración.

Hay una tendencia entre los corredores de buscar cierta marca, mejorar puestos en una carrera o de ganar a los compañeros de entrenamiento. Por un lado es una motivación saludable, tanto física como mentalmente, pero hay que DOSIFICARLA.  Existen muchas otras dimensiones a la hora de practicar el deporte, como por ejemplo, la simple gratificación de correr, el quedar con los amigos, descubrir  nuevas rutas, correr a diferentes altitudes, sentir la adrenalina de correr en la montaña, disfrutar de la naturaleza, etc.

Ya hemos aprendido que en una carrera de montaña hay muchísimos factores que pueden perjudicar” tu rendimiento aunque hayas  seguido un entrenamiento al dedillo. Sólo puedes manejar lo que está en tus manos, incluyendo tu capacidad de adaptarte  cuando cae una tromba de agua repentina y hay que replantearse los objetivos, cambiándolos por otros más realistas. Tu marca se tendrá que ver afectada por la nueva situación, por fuerza, y no queda más que aceptar tu nueva situación.





Consejos para practicar deporte sin obsesionarse:

1.                  Analiza TUS  “para qués”.  Este punto ya lo he mencionado en artículos anteriores porque me parece muy importante  ya que, en  el mundo del deporte, es habitual que pases de correr 3 km a hacer medias maratones en poco tiempo. El contexto deportivo te desafía  a perseguir un objetivo, y luego otro y otro más, hasta hacer que te pierdas en un círculo vicioso. CUIDADO: existe una fina línea entre utilizar el deporte como afición y superación personal  o como válvula de escape, sintiéndote presionado por tus expectativas o para evadir tu realidad. Hay que estar atentos  y volver al motivo principal que te hizo empezar correr.

 

2.                  Establecer metas atractivas PERO realistas, que te hagan disfrutar de tu deporte, de la mejoría de cada kilómetro que corres, estando bien organizado y supervisado por un profesional.

 

3.                  Poner límites, para equilibrar deporte y vida personal. ¿Cómo hacer esto cuando estás inmerso en el ciclo vicioso? Cuando sientas que no estás disfrutando de tu deporte, que es más una obligación que un aporte positivo y te causa estrés y te  hace sentir fatigado. Ahí es cuando hay que parar y replantearse los objetivos individuales deportivos y personales.

 

PONER LÍMITES.




No dudéis en contactar con esta gran profesional y por supuesto estaremos muy atentos  esperando las siguientes propuestas de Marisa. Aquí os dejo sus datos de contacto para todos los que queráis poneros en contacto con ella. Un saludo. 

Consulta Presencial y Online. Teléfono: 626461756; email:hola@marisarichelle.com/marisa.richelle.psicologa@gmail.com; www.marisarichelle.com

2 comentarios:

" Listerine" dijo...

¿Límites? Supongo que este es el punto más complicado para muchos de nosotros, incluso en nuestro día a día.Establecer cuál es el límite, cuándo, sin que surjan sentimientos de culpabilidad o fustración.
Gracias de nuevo por tus aportaciones

Moskys dijo...

La clave está en encontrar el equilibrio. Y sobre todo que todo lo que hagas sean por placer y no por obligación. Esa puede ser una buena técnica. Un saludo