Estamos comenzando el otoño y es muy frecuente que todos los deportistas nos sintamos más cansados, con menos ganas de entrenar y faltos de un punto de motivación extra. Ya sea por el descenso de horas de luz, el frío y la bajada de temperatura que empieza a notarse o simplemente por la herencia de nuestros ancestros que al llegar estas fechas ralentizaban su actividad física y metabólica para consumir mucho menos (y consecuentemente menos necesidades energéticas) y poder aguantar el crudo invierno, las ganas de entrenar parece que se esfuman. Pues bien, Marisa, nuestra psicóloga deportiva nos propone algunas herramientas para superar esta falta de ganas y llevar a cabo nuestros entrenamos. Sin más aquí tenéis el artículo.
¨Uff, que pereza me da entrenar¨
Admítelo.A TODOS nos ha pasado esto de vez en cuando, sentir esa desgana y esa falta de motivación para entrenar.
Has tenido un día duro en el trabajo: mucha tensión, proyectos que entregar, sorpresas a última hora y el jefe desquiciado proyectando su estrés sobre ti. Llegas a casa, comes rápido, lo primero que pillas porque has quedado para entrenar.
¨Uff, que pereza me da entrenar¨ te dices a ti mismo; ¨Vaya ganas tengo yo ahora¨; ¨¿Quién me manda a entrenar con el día que llevo?¨.
Sugerencias cuando tienes éstos pensamientos:
1. Busca el sentido de lo que haces. ¿Por qué te gusta correr? ¿Cuáles son tus motivos? ¿Qué es lo que te da la carrera? Unos entrenan para conseguir un reto personal: correr hasta el Puig Campana a un ritmo específico o simplemente llegar a la cima. Otros lo hacen por socializar, quedar con amigos, pasárselo bien un rato y así desconectar de un día ajetreado. Otros entrenan para verse bien, mantener a raya los kilos, sentirse fuertes y con energía. Algunos, en cambio, preparan la temporada para hacer buenas marcas en las competiciones de ese año.
¿Para qué lo haces tú? Toma un momento de reflexión.....
¿Qué ha sido lo primero que se te ha venido a la cabeza con estas preguntas?
¡Ese y no otro es tu MOTIVO!
Recuérdalo en momentos de bajón porque es “lo que te da vidilla”. Ese pensamiento será el que te empuje a entrenar y superarte.
2. Enfócate en algo simple en cada entrenamiento. En momentos de desmotivación, solemos enfocarnos en ese sentimiento de desgana, de cansancio, repitiéndonos una y otra vez: ¨no me apetece, uuf¨, ¨qué pereza me da...¨.
Cambia el chip. ¿Para qué te sirve decirte esas cosas? ¿Te anima? ¿A qué no?
Siempre lo voy a decir: TU CUERPO ESCUCHA TODO LO QUE TU MENTE DICE. Entonces, cambia tu actitud, céntrate en aquello que necesitas mejorar, solo en eso. Aparta tu dialogo auto saboteador a un lado y concéntrate durante la hora de entrenamiento en solo una cosa. Simplifica. Verás que sales del entrenamiento reforzado y con una tremenda sensación de satisfacción porque has podido manejar el momento. Aunque el rendimiento físico no haya sido el mejor, vencer esa batalla psicológica será el botín que te lleves a casa ese día. También es importante.
3. Auto motívate. Haz algo tan simple como ponerte los cascos de música y desconectar tu ego parlanchín que quiere que te quedes en el sofá. Y empieza a correr. A veces sólo necesitamos empezar y una vez ahí nos dejamos llevar por la música. Es obvio: quedar con amigos o con el entrenador también es una gran estrategia. Aun así, al estar como estás, esto requerirá de compromiso extra por tu parte para reunirte con tus amigos o el preparador. Aquí el ego puede jugártela, dándote cualquier justificación para no salir de casa. Atento/a y busca una estrategia para "regatearlo" para así poder entrenar.
4. Haz lo mínimo. En esos días de pereza, haz lo mínimo. Más o menos ya lo he dejado caer en el anterior apartado. A veces, lo que más cuesta es dar el primer paso fuera de casa; Piensa: ¨ vale, hoy no estoy al 100%, empezaré con tranquilidad, al 30% y veré hasta dónde llego. Haré caso a mis sensaciones¨. Ese pensamiento nos abre a otro tipo de sentimientos, nos liberamos y no hay tanta presión. Solemos ser cabezones, perfeccionistas y seguir un entrenamiento a rajatabla, olvidándonos que también somos humanos y tenemos días buenos y otros que no tanto. No digo rendirse a lo que nos susurra al oído la voz de la pereza, digo escuchar a tu cuerpo. Esto es importante porque a veces, forzar demasiado puede llevar a lesionarnos. Esto lo digo por propia experiencia. A veces una retirada a tiempo, también es una victoria. NO A LAS LESIONES.
5. NO a los sentimientos de culpabilidad. Los deportistas tendemos a auto culpabilizarnos por no haber podido ir al entrenamiento, no dar nuestro 100% en la rutina, dejar colgados a los amigos o al entrenador. Esos pensamientos de ¨tengo que, debo de, si no soy persona de palabra ya no me querrán, qué van a decir mis compañeros, mi entrenador, qué flojo soy…¨ son inherentes a la personalidad de los deportistas, pero debemos hacer lo posible por acallarlos.
RESPONSABILIZATE. Fuera la autocrítica, y sé honesto acerca de tus pensamientos y acciones. Qué es responsabilidad tuya: ¿has escuchado a tu ego darte todas las excusas habidas y por haber y te lo has creído? Esa es tu responsabilidad. El auto sabotaje no sirve para nada pero, desgraciadamente, es lo que más estamos acostumbrados a hacer y a escuchar que hacen nuestros compañeros. Otra vez, cambia el chip. Responsabilízate. Res-pon-sa-bi-li-dad. Tienes la habilidad de responder, de escoger.
6. Refuérzate. Sí, reconócete de alguna manera cuando hayas podido superar tu pereza. Recuérdatelo. Tendemos a mirar sólo lo negativo y machacarnos por no llegar a los objetivos propuestos, pero ¿Qué hacemos cuando sí lo logramos? ¿Qué ocurre cuando, sin ganas de ponernos las zapatillas, vamos, cumplimos y a veces incluso, logramos un rendimiento excelente? ¿A qué se te pone otra cara? ¡Recuérdatelo! Eres más capaz de lo que te crees.
3. Auto motívate. Haz algo tan simple como ponerte los cascos de música y desconectar tu ego parlanchín que quiere que te quedes en el sofá. Y empieza a correr. A veces sólo necesitamos empezar y una vez ahí nos dejamos llevar por la música. Es obvio: quedar con amigos o con el entrenador también es una gran estrategia. Aun así, al estar como estás, esto requerirá de compromiso extra por tu parte para reunirte con tus amigos o el preparador. Aquí el ego puede jugártela, dándote cualquier justificación para no salir de casa. Atento/a y busca una estrategia para "regatearlo" para así poder entrenar.
4. Haz lo mínimo. En esos días de pereza, haz lo mínimo. Más o menos ya lo he dejado caer en el anterior apartado. A veces, lo que más cuesta es dar el primer paso fuera de casa; Piensa: ¨ vale, hoy no estoy al 100%, empezaré con tranquilidad, al 30% y veré hasta dónde llego. Haré caso a mis sensaciones¨. Ese pensamiento nos abre a otro tipo de sentimientos, nos liberamos y no hay tanta presión. Solemos ser cabezones, perfeccionistas y seguir un entrenamiento a rajatabla, olvidándonos que también somos humanos y tenemos días buenos y otros que no tanto. No digo rendirse a lo que nos susurra al oído la voz de la pereza, digo escuchar a tu cuerpo. Esto es importante porque a veces, forzar demasiado puede llevar a lesionarnos. Esto lo digo por propia experiencia. A veces una retirada a tiempo, también es una victoria. NO A LAS LESIONES.
5. NO a los sentimientos de culpabilidad. Los deportistas tendemos a auto culpabilizarnos por no haber podido ir al entrenamiento, no dar nuestro 100% en la rutina, dejar colgados a los amigos o al entrenador. Esos pensamientos de ¨tengo que, debo de, si no soy persona de palabra ya no me querrán, qué van a decir mis compañeros, mi entrenador, qué flojo soy…¨ son inherentes a la personalidad de los deportistas, pero debemos hacer lo posible por acallarlos.
RESPONSABILIZATE. Fuera la autocrítica, y sé honesto acerca de tus pensamientos y acciones. Qué es responsabilidad tuya: ¿has escuchado a tu ego darte todas las excusas habidas y por haber y te lo has creído? Esa es tu responsabilidad. El auto sabotaje no sirve para nada pero, desgraciadamente, es lo que más estamos acostumbrados a hacer y a escuchar que hacen nuestros compañeros. Otra vez, cambia el chip. Responsabilízate. Res-pon-sa-bi-li-dad. Tienes la habilidad de responder, de escoger.
6. Refuérzate. Sí, reconócete de alguna manera cuando hayas podido superar tu pereza. Recuérdatelo. Tendemos a mirar sólo lo negativo y machacarnos por no llegar a los objetivos propuestos, pero ¿Qué hacemos cuando sí lo logramos? ¿Qué ocurre cuando, sin ganas de ponernos las zapatillas, vamos, cumplimos y a veces incluso, logramos un rendimiento excelente? ¿A qué se te pone otra cara? ¡Recuérdatelo! Eres más capaz de lo que te crees.
Simples consejos: Simplifica, Háztelo fácil.
Para cualquier pregunta, no dudéis en contactar conmigo.
¡Disfruta de tu deporte!
Gracias- Marisa Richelle-
No dudéis en contactar con esta gran profesional y por supuesto estaremos muy atentos esperando las siguientes propuestas de Marisa. Aquí os dejo sus datos de contacto para todos los que queráis poneros en contacto con ella. Un saludo.
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