El
trail running se ha convertido en una
actividad de moda, desde 2007 ha sufrido
un exponencial crecimiento tanto en la creación pruebas por toda la geografía española como en
su número de participantes. Esta
situación provoca la necesidad imperiosa de un cambio de paradigma en esta nueva
forma de acercarnos a la naturaleza y nuestras montañas. Sin un cambio de
reglas en la forma en que concebimos “el trail running” se hace insostenible
para la naturaleza este ataque masivo al ecosistema.
Si nos focalizamos en la provincia de Alicante
se han creado en los últimos 4 años dos circuitos de carreras por montaña, el
primero con 13 pruebas en el Circuito
Trail Marina 2019 (circunscrito a las comarcas de la Marina Alta y Baixa) y 8
pruebas en el “Xicharra Trail” circunscrito a las comarcas del Alcoia y
Comptat. A ello le sumamos una
importante cantidad de pruebas que el resto de municipios celebran de forma
particular sin estar asociados a ningún circuito específico. Si ampliamos el
circulo a la Comunidad Valenciana nos encontramos que una prueba clásica como
M.I.M. de Peñagolosa contaba con 500 participantes en el año 2000 a 1500 en la
actualidad (teniendo que entrar en un
sorteo para poder acceder a esa plaza).
En
el resto del estado español observamos como el Ultra Pirineus(Cataluña) en 2010 pasa de 400
participantes a los mil de la actualidad (y por que las plazas están limitadas,
hay más de 1600 solicitudes). Como referencia internacional el U.T.M.B
(ultra trail de Mont Blanc) prueba
de culto en el ultra trail mundial cuenta con algo más de dos mil plazas
pero unas seis mil solicitudes anuales. Finalmente
como dato final existe ya la solicitud formal para conseguir que el Ultra Trail
sea deporte Olímpico.
La ITRA
(Asociación de Trail Running Internacional)
presenta datos de su última
asamblea en junio de 2017 hay más
de 30,000 cuentas ITRA, siete veces más que en el año 2014. Y todos estos datos sin contar con
carreras Btt, orientación, senderismo, cazadores, etc., que cada fin de semana
compiten por ocupar el tan ansiado medio natural.
Es
evidente qe existe un afán creciente por parte de la población española e
internacional en la práctica de este
deporte, interés por acercarnos a la naturaleza, superación personal, cambios
en los valores deportivos y de forma de vida, etc. Y por otro lado la búsqueda
de beneficio económico, desarrollo turístico, prestigio y repercusión de
pruebas por parte de clubs, municipios y empresas privadas.
Con
este panorama de sobre-explotación del medio, masificación de carreras,
distancias cada vez más largas, incursiones en zonas de mayor sensibilidad
medio ambiental (parques naturales y nacionales, cimas de montañas, bosque
especiales) nos vemos en la obligación de realizar un cambio radical de
paradigma para que nuestro deporte perdure. El campo de juego sobre el que se
desarrolla nuestro práctica es frágil y ya existen muchas voces que piden un
mayor control, reducción e incluso terminar con la práctica de este deporte
emergente. Sí queremos que las competiciones por montaña sigan adelante y continúen evolucionando
requiere un cambio radical e inmediato en el paradigma existente.
PROBLEMÁTICA
Encontramos
dos variables que condicionan de una forma muy acentuada las carreras por
montaña:
1. Como
comentan Jordi Seguí y colaboradores en su estudio sobre la evolución del trail
running en España, son los municipios de menos de cinco mil habitantes los que
más carreras organizan. De este dato subyace un gran interés turístico de
pequeños municipios, generalmente deprimidos poblacionalmente, que buscan poner
a su población o comarca en el mapa turístico, dar a conocer su patrimonio
natural, incentivar la venta de productos y servicios (generalmente turístico)
y porque no decirlo una buena fuente de
ingresos, tanto locales como comarcales.
2. A ello le sumamos que generalmente el desarrollo de estas competiciones comienza con una prueba de recorridos
cortos y en pocas ediciones aumentan las
distancias, el número de pruebas con diferentes recorridos durante el mismo día. Lo que provoca una
importante masificación en la zona durante estas jornadas. Otra de las
constantes es el aumentar la dificultad técnica y el desnivel acumulado,
generalmente de subida, buscando cada vez pruebas más largas, exigentes y
técnicas. Siendo este una queja constante de los entrenadores el no poder
comparar resultados de la misma prueba en diferentes ediciones y sobre todo la
consiguiente búsqueda de terrenos técnicos, abrir nuevas sendas y buscar la
pedrera más exigente de la zona.
Ante
estos dos factores y ciertamente podemos
añadir muchos más (búsqueda de negocio económico, promocionar las fiestas
locales, etc.) nos encontramos con carreras masificadas, en horario nocturno,
épocas de primavera y otoño que discurren por terrenos y periodos vulnerables. Flora y fauna en peligro,
duramente castigada por el impacto de estas pruebas. Desgaste de sendas,
deterioro de territorios, una importante
generación de residuos lo que suponen un
impacto sobre el medio natural difícilmente recuperable.
HA LLEGADO LA HORA DE BUSCAR
SOLUCIONES
Partimos
de la necesidad de la regulación por medio de la administración pública de un
documento donde se establezcan los parámetros donde se tiene que mover el
diseño de estas carreras. En esta
normativa tenemos que poner como eje principal la sostenibilidad, cuidado y
respeto por el medio donde nos vamos a mover.
Y en este plan de viabilidad tenemos tres actores fundamentales que
tienen que ir de la mano: la
organización, la administración pública y por supuesto los participantes
(junto con los acompañantes y espectadores).
Aquí lanzamos algunas medidas que creemos fundamentales y algunos ejemplos de cómo
atender a ellas desde los diferentes actores y fases de la carrera:
1.
Diseño
del trazado:
a. La organización: Debe
comprometerse a que el trazado discurra por sendas y pistas consolidadas
evitando la creación de nuevas sendas que deterioren y desgasten el medio. Facilitar
durante la carrera los pasos evitando zonas sensibles. Y tras la carrera
comprobar el grado de posible deterioro. Un elemento importante a la reflexión será la duración de los recorridos, nos vemos
en la obligación de revisar las carreras con distancias muy largas que nos
llevan a tener que estar una o varias noches corriendo por este medio
alternando el ecosistema existente. El
tercer punto clave lo encontramos en la época
del año en que se desarrollan las pruebas, sería importante evitar las estaciones anuales con más riesgo
sobre la flora y fauna de la zona.
b. Desde la administración una
apuesta interesante será la creación de una red de senderos y pistas
autorizadas y la consiguiente comprobación y aprobación de los recorridos
propuestos por las organizaciones. Al
igual que proponer con estudios medio ambientales los meses de menor impacto.
c.
Los
participantes deberían exigir y solo participar en las pruebas que cumplan con
el reglamento. Y durante la carrera evitar salirse del trazado, no realizar
recortes, atajos, etc.
2.
Marcaje
y balizamiento del recorrido:
a. La organización está
en la obligación de usar marcajes reutilizables, usar material bio degradable. Indicar
los tramos sensibles advirtiendo a corredores de las zonas e mayor riesgo de
impacto ecológico.
b.
Desde la
administración : comprobar que se utilizan materiales reciclados y duraderos
para otras competiciones, la adecuada
recogida post-competición.
c.
Los
participantes . Solo asistir a carreras que cumplan la normativa.
3.
Tratamiento
de residuos:
a. La organización: Controlar
la cantidad de posibles residuos que aporta cada corredor. Facilitar puntos y
medios para que estos los puedan dejar. Minimizar la utilización de plásticos y
residuos en los avituallamientos. Elaboración de un plan de limpieza y recogida
post-carrera
b. Desde la administración:
Control del cumplimiento de la norma y facilitar a la organización los medios
para poder recoger esos residuos.
c.
Los
participantes : Cada corredor debe ser responsable de sus residuos, plásticos,
botellas, papeles. Y debe restituir todos los residuos al terminar la
competición. Utilización de vasos o botellas para rellenar.
4.
Información
y normativa:
a. Tanto La organización como
la administración deberían publicar datos específicos sobre la carrera, zonas
sensibles, información sobre fauna, flora. Informar de las zonas con valores
especiales, protegidos, etc. La posibilidad de cobrar un canon ambiental con el
fin de reinvertirlo en los posibles perjuicios producidos por la carrera.
b. Los participantes :
Interesarse y conocer la zona, idiosincrasia, flora, fauna, elementos
especiales, etc.
5.
Acompañantes,
público y transporte, a los tres actores principales debemos
añadirle la colaboración de todo el público en general que acude siguiendo
estos eventos:
a. La organización:
debe establecer puntos para ver la carrera, zonas habilitadas con contenedores,
baños públicos y promover información de
la zona al público.
b. Desde la administración: Informar de las zonas con valores especiales,
protegidos, etc. Facilitar accesos por médicos públicos en la zona. Habilitar
aparcamientos para el acceso de corredores y espectadores.
c.
El público
en general: Debería tratar de
acudir a las pruebas usando medios públicos de transporte o compartir entre
varios. Usar baños públicos, recoger todos sus residuos. Respetar las zonas
acotadas para disfrutar del evento. En definitiva formar parte activa de esta
organización.
6.
Desarrollo
e integración del entorno.
a. Desde
la organización y la administración
parece fundamental la involucración del pueblo organizador, tanto en
voluntarios para la organización y recogida de material como a la hora de
fomentar la economía de la zona con productos autóctonos que puedan formar
parte de los regalos en la bolsa del corredor.
7.
Responsables,
Formación Y Plan Ambiental
a. Tanto
la organización como la administración
deben contar con un plan de evaluación ambiental del entorno unido a un equipo
de organizadores, técnicos medioambientales que en sinergia sean capaces de
organizar, supervisar y revisar el buen funcionamiento de la carrera.
EJEMPLOS DE NUEVOS MODELOS
Como ya hemos comentado la
clave se encuentra en involucrar a todos actores que conforman estas pruebas,
organizadores, administración, participantes, entidades locales, voluntarios y
espectadores.
El
mundo del trail running se ha puesto las pilas y las grandes carreras empiezan a preocuparse porque sus pruebas se conviertan en eventos sostenibles. Buena
prueba de ello es el trabajo de La transvulcania 2019 en busca del galardón
evento sostenible. No solo centrado en medidas promovidas por la organización
como sustituir el plástico por material compostable sino también en involucrar a voluntarios
locales encargados de recogida y
reciclado de basura junto a observadores en la prueba preocupados por evaluar
los déficits, necesidades y problemáticas.
El
cabildo comprometido aumentando el número de puntos de recogida de residuos a
lo largo de la competición y facilitando los accesos por medios de transporte
público reduciendo así las emisiones de humos.
Y
finalmente tenemos la propia federación de montaña que publica una guía de buenas prácticas
para el desarrollo de carreras.
Como
podemos observar la línea de actuación está clara, eventos sostenibles, con el mínimo impacto
sobre el medio ambiente e involucrando organización, administración, entidades
locales y participantes. Pero aún y
desde mí opinión nos encontramos en la punta del iceberg, solo los grandes
empiezan a tomar conciencia de la sostenibilidad de las carreras por montaña,
mientras que los pequeños luchan por sacar a delante sus pruebas por medio de explotar su entorno
natural. Antes de terminar me gustaría
dejar constancia de una posible vía de escape hacia donde nuestro deporte
podría avanzar en busca de ese bonito sueño de evento deportivo sostenible.
REFLEXIONES FINALES:
Ha
llegado la hora de dejar el modelo de creación y realización de pruebas con
fines de desarrollo turístico, beneficios económicos para empresas privadas,
clubes, etc. y la realización de pruebas en busca de prestigio y dureza técnica
para pasar a organizar carreras por y
para el medio natural.
Se
realizan muchas carreras donde los ingresos que se recaudan van destinados a enfermedades
de todo tipo, personas del pueblo con necesidades en definitiva algún fin
social, nuestra propuesta consiste en que estas carreras a demás de cumplir con
parámetros de minimización de daños, lo recaudados revierta en exclusiva sobre
el medio, ya sea para mejorar, proteger, repoblar o la medida que los organismos
gestores del entorno donde se celebra crean oportuna en cada edición.
En
busca de beneficios sí, pero que reviertan en mejorar, repoblar, cuidar y
proteger nuestras montañas, sendas y bosques, y no para lucrar los bolsillo o
los egos de algunas entidades.
Desde
el punto de vista de los corredores, como participantes tenemos la obligación
de buscar pruebas comprometidas con el medio ambiente, con cuidar del medio y
ser los primeros en levantar la mano a la hora de respetar y proteger las sendas por donde discurren las
carreras. Evitar pruebas donde lo único que se prima es la distancia, los
desniveles, la exigencia técnica , dejando de lado el entorno y el respeto a la
montaña. Esto puede suponer que se reduzcan el número de participantes, de
carreras, de duración de las mimas, pero a cambio obtenemos pruebas acorde al
modelo sostenible y duradero que debemos buscar.
Queda
mucho trabajo que realizar pero entre
todos haremos de este deporte una fantástica vía de acercarnos y conocer
nuestras montañas y bosques, tanto ahora como dentro de 100 años.
1 comentario:
Buenos días:
Gracias por el artículo. Muy interesante y muy necesario para empezar a movilizar conciencias, de cara a, como apuntas, hacer este deporte y su ámbito natural sostenible.
Soy de la opinión de que "las cosas están para usarlas" y no creo que tuviera sentido medidas drásticas que impidan acercarse a la montaña o practicar un deporte (ambas cosas muy necesarias en la sociedad urbanita, estresada y sedentaria en la que vivimos). Sin embargo, como indicas, hay que velar por la sostenibilidad de nuestra naturaleza y eso implica la necesidad de regular un sector como el trail running cada día con más usuarios.
En línea con lo que dices en tu artículo, creo que es esencial establecer un marco normativo a nivel nacional serio y elaborado por profesionales, que regule de forma homogénea y completa la organización de carreras para no dejar en manos de la voluntad y sapiencia de los organizadores la toma de estas medidas. En mi experiencia, hoy por hoy, cada carrera establece sus criterios, siendo de lo más heterogéneos y la mayoría de veces demasiado laxos. Adicionalmente, creo que este marco normativo debe ir acompañado de la debida divulgación y, desgraciadamente, de un régimen sancionador.
Termino con una reflexión muy simple pero que pese a eso no entiendo porque todavía no ha calado suficientemente... ¡¡¡los papeles (ni las colillas) no se tiran al suelo!!! Por favor, carreristas, organización, caminantes, playeros, transportistas, niños etc, no tiremos la basura al suelo. En la montaña genera un perjuicio enorme para la flora y fauna así como para la protección contra incendios. En los mares, se añade un riesgo para la salud alimenticia. En las ciudades conlleva riesgos de salubridad y riesgo de accidentes. Y en todas partes, implica un claro desprecio por los demás (resto de usuarios y profesionales de limpieza) y una evidente falta de agradecimiento por lo mucho que tenemos.
Un abrazo
MPA
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