S.A.R.
Tranquilos. No, es ningún virus, ninguna enfermedad o nada parecido.
Las siglas de S.A.R. corresponden a lo que la neurociencia denomina al Sistema Activación Reticular. Es una zona del cerebro, muy primitiva e interesante a la vez, al que también se le conoce como el filtrador. Es como un rastreador y filtra, de entre toda la información que percibimos del exterior, aquello que más nos interesa.
Este sistema explica una experiencia que quizás a muchos de vosotros os ha pasado cuando queremos comprar, por ejemplo, unas zapatillas de correr. Nos hemos encaprichado por un modelo concreto y de repente, vemos que muchos de nuestros compañeros tienen las mismas zapatillas, también.
Antes no lo habíamos percibido y ahora que lo estamos buscando, lo vemos por todas partes. ¿Curioso, no?. Nuestro Sistema de Activación Reticular ha captado nuestro interés consciente e inconscientemente nos muestra lo que buscamos.
El S.A.R trabaja conjuntamente con las emociones, específicamente con dos instintos básicos que todos tenemos para nuestra supervivencia.- Acercarnos al placer a través de la comida, el amor, el sexo, etc.
- Alejarnos del dolor, temor, daño, etc.
Entonces, nuestro S.A.R, nos aleja del dolor, persiguiendo instintivamente el placer, con lo cual, muchas veces, ¨inconscientemente¨, justificamos ciertas conductas para nuestro placer inmediato. Por ejemplo: ¿Quién no ha leído algún artículo sobre los beneficios del alcohol?, más concretamente: "Que una copita de vino al día no hace mal, al contrario, ayuda al sistema circulatorio o al corazón". O "es bueno para no sé qué muy bien (perdón no estoy muy puesta en ese tema, mi S.A.R no ha filtrado esa información)", y por esa información, incorpora el alcohol en sus hábitos diarios.
Queremos creer que el alcohol es bueno para nuestro cuerpo y por ello, nuestro S.A.R nos muestra todos esos artículos, documentales, amigos, etc., que corroboran nuestra idea, sin cuestionarlo para así poder justificar y permitirnos esa copita de vino.
Hay un elemento principal en la activación del S.A.R, además de las emociones, que son nuestras CREENCIAS: aquellas ideas prefijadas de ¿Cómo debería de ser nuestra vida?, ¿Cómo me gustaría que me traten?, ¿Cómo veo el mundo a nivel político?, ético?, moral?, económico? y personal?. ¿Cómo quiero que mis hijos sean?, ¿Cómo quiero que mi pareja me trate?, que mi jefe me valore.
Todos tenemos una serie de aspiraciones personales, profesionales tanto de nosotros como lo que ¨debería¨ de ser nuestro entorno. Son ideas prefijadas a través de nuestra educación, cultura, experiencias y determinan nuestro enfoque en la vida. El problema es que puede que algunas de esas creencias sean obsoletas pero nosotros no lo cuestionamos y a la larga nos puede perjudicar.
Nuestro diálogo interior nos dice: ¨una copita no hace daño, incluso dicen que es saludable¨ y al cabo de los años, con ese tipo de pensamiento, no es una copita, son más copitas. Sin embargo, seguimos justificando porque creemos que es saludable.
Después de unos años, el hígado ya hablará:).
Resumiendo: atentos a lo que captamos en nuestras vidas, porque al fin y al cabo somos nosotros lo que de forma instintiva, a través de nuestras emociones y nuestras creencias, atraemos junto a nuestro S.A.R, para bien o para mal, depende de tu forma de interpretarlo:).
Las siglas de S.A.R. corresponden a lo que la neurociencia denomina al Sistema Activación Reticular. Es una zona del cerebro, muy primitiva e interesante a la vez, al que también se le conoce como el filtrador. Es como un rastreador y filtra, de entre toda la información que percibimos del exterior, aquello que más nos interesa.
Este sistema explica una experiencia que quizás a muchos de vosotros os ha pasado cuando queremos comprar, por ejemplo, unas zapatillas de correr. Nos hemos encaprichado por un modelo concreto y de repente, vemos que muchos de nuestros compañeros tienen las mismas zapatillas, también.
Antes no lo habíamos percibido y ahora que lo estamos buscando, lo vemos por todas partes. ¿Curioso, no?. Nuestro Sistema de Activación Reticular ha captado nuestro interés consciente e inconscientemente nos muestra lo que buscamos.
- Acercarnos al placer a través de la comida, el amor, el sexo, etc.
- Alejarnos del dolor, temor, daño, etc.
Entonces, nuestro S.A.R, nos aleja del dolor, persiguiendo instintivamente el placer, con lo cual, muchas veces, ¨inconscientemente¨, justificamos ciertas conductas para nuestro placer inmediato. Por ejemplo: ¿Quién no ha leído algún artículo sobre los beneficios del alcohol?, más concretamente: "Que una copita de vino al día no hace mal, al contrario, ayuda al sistema circulatorio o al corazón". O "es bueno para no sé qué muy bien (perdón no estoy muy puesta en ese tema, mi S.A.R no ha filtrado esa información)", y por esa información, incorpora el alcohol en sus hábitos diarios.
Nuestro diálogo interior nos dice: ¨una copita no hace daño, incluso dicen que es saludable¨ y al cabo de los años, con ese tipo de pensamiento, no es una copita, son más copitas. Sin embargo, seguimos justificando porque creemos que es saludable.
Después de unos años, el hígado ya hablará:).
Resumiendo: atentos a lo que captamos en nuestras vidas, porque al fin y al cabo somos nosotros lo que de forma instintiva, a través de nuestras emociones y nuestras creencias, atraemos junto a nuestro S.A.R, para bien o para mal, depende de tu forma de interpretarlo:).
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