La ruta de hoy nos lleva al interior de la Marina Baixa, una comarca montañosa donde pequeños valles agrícolas y sierras abruptas se combinan con un patrimonio cultural de gran valor. Iniciamos el recorrido en Bolulla, un tranquilo municipio rodeado de bancales de naranjos, nísperos y almendros, cuyo origen se remonta claramente al periodo andalusí. Su nombre podría derivar del árabe Buluya, y su disposición en torno al antiguo castillo y las huertas refleja la herencia musulmana que marcó toda esta zona. Desde allí nos dirigimos hacia Tárbena, otra población con fuerte identidad morisca, conocida por conservar algunos de los rasgos culturales más representativos de la Vall de Pop y del interior de la Marina. Su nombre procede probablemente del árabe al-Táraban, y su emplazamiento en lo alto de un valle cerrado explica la importancia estratégica que tuvo durante siglos.
Ambas poblaciones estuvieron unidas tradicionalmente por antiguos caminos de herradura que permitían comerciar, transportar productos agrícolas y mantener la comunicación entre valles. Estos senderos —hoy recuperados como rutas excursionistas— forman parte esencial del patrimonio etnográfico de la comarca y representan la vida rural previa a la llegada de las carreteras modernas. El Camí Vell de Bolulla a Tárbena fue uno de esos enlaces históricos que en 2022 fue recuperado. Este camino unía las fincas y cortijos de la zona que bajaban al molino harinero para tratar el cereal.
Complementamos la ruta con la subida al Castillo de los Moros de Tárbena, una pequeña fortificación de origen islámico ubicada en un espolón rocoso que domina todo el valle. De este enclave defensivo —activo durante los siglos XII y XIII— apenas quedan hoy algunos lienzos de muralla y restos de estructuras, pero su posición privilegiada permite comprender por qué se utilizaba para vigilar el paso entre la Marina Baixa y la Vall de Tàrbena. Además, ofrece una vista amplísima hacia la Serrella, la Xortà y las montañas que rodean la comarca.
Este camino Vell fue recuperado en 2022, y actualmente discurre por un trazado cómodo y progresivo, combinando pistas, sendas y bancales tradicionales. En algo menos de 4 kilómetros hemos llegado a Tábena. Para la opción de regreso a Bolulla y hacer la ruta circular hemos bajado por diferentes partidas a los pies del Castillo dels Moros siguiendo tramos de asfalto y caminos agrícolas. A pesar de ser más suave, este tramo final nos regala unas vistas magníficas hacia la Serra de Bèrnia, una de las sierras más emblemáticas de la provincia.
Un recorrido perfecto para quienes disfrutan de los caminos históricos, los pueblos con identidad propia y los paisajes rurales del interior de la Marina Baixa.
Recuerda: Es un recorrido muy agradable ideal para todos los públicos y no te olvides que todo el tramo de bajada discurre por asfalto.
TIPO DE RECORRIDO: Circular.
DISTANCIA: 14,8 km.
DURACIÓN: Tiempo Total: 4:23 horas. Tiempo en movimiento: 3:38 horas.
DIFICULTAD FÍSICA: Media-Baja. Es una ruta progresiva y requiere un poco de entrenamiento.
ORIENTACIÓN: La ruta no está señalizada como tal y requiere de gps. La subida a Bolulla está bien señalizada la bajada requiere gps.
TIPO DE VÍA: Asfalto, senda y pista.
ÉPOCA APROPIADA: Todo el año, Atención con los meses de calor.
EQUIPO NECESARIO: Material de senderismo: zapatillas de senderismo, ropa transpirable, Gorra y gafas de sol. Bastones de caminante también son recomendables. Agua. Algo de comida para reponer las fuerzas. Complementar la información pinchando en el enlace.
INICIO DE LA RUTA:
Iniciamos la ruta junto al río Bolulla, en la parte baja del pueblo, donde se encuentra la zona de aparcamiento y los merenderos. Desde aquí comenzamos a ascender por una pista hasta un primer cruce, donde debemos girar a la derecha —aunque no esté señalizado— para dirigirnos hacia la Font de la Renyinosa.
Al superar la cuesta de hormigón aparecen las primeras indicaciones del Sendero Local / Ruta del Agua, que marca Tárbena a 4 km por el Camí Vell. Apenas unos metros más adelante encontramos la fuente y, muy cerca, el antiguo molino, que molía avena y trigo para toda la zona.
Llama la atención la curiosa fuente con su pequeña cascada cayendo junto a una higuera. Más arriba alcanzamos el molino harinero y, pocos metros por encima, una gran balsa que antiguamente recogía el agua para generar presión y mover la rueda del molino.
Esta fue una construcción importante de la época, donde las masías y pueblos de alrededor llevaban el grano para moler. Abandonamos el entorno del molino para salir brevemente a la carretera que sube a Tárbena. Tras una curva, giramos a la derecha.
Poco después dejamos a la izquierda el cruce que asciende hacia el Castillo de Garx. Nosotros seguimos unos metros más hasta ver las indicaciones del Camí Vell hacia Tárbena.
El sendero avanza paralelo a la carretera por una pista de tierra cómoda, disfrutando de unas bonitas vistas hacia la población de Bolulla. El recorrido va ganando altura de forma progresiva, siguiendo un camino histórico que durante siglos conectó Bolulla con Tárbena. Este tramo fue esencial para los desplazamientos entre la Marina Baixa y la Marina Alta, especialmente cuando la costa era una zona peligrosa por los ataques berberiscos. Los habitantes preferían cruzar por estos collados interiores, entre ellos por el Coll de Rates, situado más arriba de Tárbena.
El camino fue recuperado en 2022, limpiando zarzas y vegetación que lo habían invadido tras el abandono de muchos campos de cultivo.
Más adelante llegamos al cruce donde tomamos el camino de Ses Voltes, que asciende hacia Tárbena. Este tramo discurre por pista hormigonada, avanzando entre antiguas terrazas y oliveras.
Tras la subida de Ses Voltes nos situamos ya a la altura de las primeras casas del pueblo. Entramos por la calle San Rafael y ascendemos tranquilamente hasta la Plaza de la Iglesia, alcanzándola en torno a la hora y veinte minutos de ruta.
Tras cruzar la plaza, el recorrido continúa en ligero descenso hacia la parte alta del pueblo, pasando por la Font d’Enmig, una de las más emblemáticas de Tárbena.
Al salir a la calle San Miguel cruzamos la carretera, donde aparece la indicación hacia la Caseta dels Moros, a tan solo un kilómetro. Subimos por una pista asfaltada en dirección al restaurante Cas Pelut.
El recorrido por la parte alta del pueblo ofrece unas vistas preciosas. Seguimos las indicaciones hacia el Castillo y la Caseta dels Moros, y tras dejar atrás el asfalto tomamos un sendero que primero desciende ligeramente para después remontar la loma hasta la cima.
Finalmente, alcanzamos el acceso al Castillo de Garx en torno a las dos horas de ruta. Las vistas son impresionantes: la Umbría de Bernia, la silueta de la Serra del Ferrer, la costa en días despejados y, hacia el sur, incluso la bahía de Benidorm. Es un mirador natural extraordinario.
2. Regreso hacia Tárbena y Bolulla
Iniciamos el descenso por el mismo camino hasta llegar de nuevo a la parte alta de Tárbena. Bajamos a la carretera para enlazar con el camino de vuelta.
En la carretera giramos a la izquierda y, pocos metros después, tomamos la calle Margalida en descenso para enlazar con el camino de retorno. Continuamos por la calle Fuente del Botón, en dirección al pueblo.
Más adelante volvemos a pasar junto a la Font del Botón y el lavadero, saliendo nuevamente a la Font d’Enmig bajo la sombra de un moral enorme. Desde aquí continuamos recto hacia el Ayuntamiento y la Iglesia para enlazar con el camino que hemos traído en la subida.
Recorremos el camino más cercano al pueblo que hemos seguido al pueblo hasta llegar a un cruce sin marca. Aquí giramos a la izquierda para salir a la carretera que pasa junto al restaurante. Frente a nosotros, cruzando la carretera tomamos una pista hormigonada que se dirige hacia la zona de Sa Torre y la Safor de Gabacho, punto por donde completaremos la ruta circular.
Continuamos por la pista de cemento, permaneciendo atentos al desvío por un sendero a la derecha. Poco después salimos a una carretera asfaltada que seguimos de frente, pasando junto a una finca grande con estética de club de motos. Frente a nosotros destaca la Serra de Bèrnia y a la derecha la carretera que une Callosa con Tárbena.
En un gran cruce pasamos junto a un edificio que parece una antigua discoteca, “Next”, y seguimos recto por la carretera. Aquí también enlaza el PR-49 que procede de Callosa, pero nosotros continuamos de frente. Todo este tramo, algo más de 4 kilómetros discurre por asfalto, es un paraje agradable, en primer lugar algunas fincas y pinadas para pasar más adelante a fincas de nísperos y naranjos. Pero no tiene el encanto que el sendero de subida.
3. Tramo final hacia Bolulla
Los últimos kilómetros discurren por asfalto, atravesando diferentes partidas de Tárbena y Bolulla. Conforme nos acercamos al valle, empiezan a aparecer los característicos bancales de nísperos, que ofrecen un paisaje agrícola muy agradable.
Tras superar varias zonas de cultivo, el recorrido alcanza finalmente el puente sobre el río Bolulla, donde dejamos el coche por la mañana. Para cerrar la ruta nos acercamos de nuevo a la Plaza de la Iglesia, punto ideal para terminar el día y disfrutar de un refresco en el bar La Era.
Un recorrido de unas cuatro horas, cercano a los 15 kilómetros, que une dos pueblos preciosos por uno de los caminos tradicionales más valiosos de la Marina Baixa.
DÓNDE COMER:
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